La llegada de los europeos a América y la ulterior penetración en el continente constituyeron una de sus aportaciones sustanciales a la historia del mundo. Aquel conjunto de hechos, desde los viajes iniciales al control de un espacio de millones de metros cuadrados, distante miles de millas de toda tierra "civilizada", no hubiera sido posible sin la conjunción de ciertos factores:
Durante la Edad Media, la hegemonía del cristianismo supuso el rechazo de gran parte del legado científico griego. La Iglesia, continuando los postulados de Ptolomeo, aceptó la concepción geocéntrica, según la cual, la Tierra era el centro del universo y los mundos restantes "incluido el Sol- giraban a su alrededor. Esa concepción, al igual que la idea de que la Tierra era plana, se mantuvo durante catorce siglos. Estas creencias alimentaron la mentalidad supersticiosa de los marinos que creían que al sur del cabo Bojador se extendía el horrible mare Tenebrosum, también llamadomar de los Sargazos, mezcla de aguas cálidas y frías que, unida a la niebla y arenas del desierto producían una masa impenetrable para las embarcaciones. Ese era el límite del mundo, el Finis Mundi. Se consideraba que no era posible navegar sin tener a la vista "tierra firme", porque al alejarse de ella las embarcaciones eran atacadas y devoradas por monstruos marinos.
A fines de la Edad Media se produjo un gran avance en todas las ciencias y aparecieron los primeros científicos no vinculados a la filosofía y a los planteamientos religiosos, ya que la razón se desvinculaba de la fe. Nicolás Copérnico (1473-1543), demostró que la Tierra junto con el agua de los océanos formaba un globo; que la Tierra giraba sobre su eje y que todos los planetas, incluida la Tierra, giraban en torno al Sol, ubicado en el centro. Las ideas de Copérnico fueron atacadas. Martín Lutero lo calificó de loco por afirmar que la Tierra se movía, pues las Sagradas Escrituras eran muy claras al decir que fue el Sol el que se detuvo por mandato divino. La intolerancia religiosa hizo su reaparición, cobrando víctimas como Giordano Bruno (1548-1600), quien fue quemado vivo en Roma por haber contravenido el dogma cristiano, afirmando que el Universo era infinito y que el Sol era una estrella más, por lo que infería la posibilidad de que hubiera una cantidad innumerable de Tierras habitadas.
Estos cambios en la concepción terrestre influyeron en la náutica. Durante la Edad Media se expandieron las vías de navegación: mercaderes, embajadores y estudiosos abrieron nuevas rutas comerciales y de intercambio de conocimiento. Marco Polo, Ibn Batuta, Al Edrisi, realizaron largos recorridos que los llevaron a conocer numerosos países y ciudades de África, Europa y Asia y, a partir de esas descripciones, se construyeron mapas.
A estos mapas se los llamó portulanos. Su atención se centró en las rutas marítimas de navegación, en los detalles del litoral y el relieve costero, en los cursos bajos de los ríos -especialmente en sus tramos navegables-, en las mareas y en los vientos.
La orientación de las cartas portulanas se hacía respecto a la dirección que indicaba la aguja imantada de la brújula, al que llamaron norte magnético. Colocaban una aguja que giraba en un pivote sobre una rosa de los vientos marcada con los cuatro puntos cardinales en una cajita de madera.
El astrolabio comenzó siendo un instrumento de representación de determinados fenómenos celestes con fines astronómicos y astrológicos. Consistía en un disco dividido en grados con un indicador giratorio sujeto en el centro. El indicador estaba provisto de pínulas en ambos extremos.
La ampolleta o reloj de arena se utilizaba para medir pequeños intervalos de tiempo. En las embarcaciones servía para reglamentar la vida a bordo y calcular la velocidad.
También las embarcaciones presentaron innovaciones. Se extendió el uso que ya realizaban los árabes de la carabela: embarcación ligera, estrecha, alta y larga "de hasta 30 metros-, que contaba con tres mástiles sobre una sola cubierta. Utilizaban la vela latina, de origen árabe, que permitía a los marinos remontar de los vientos en contra, frecuentes en el mar Mediterráneo.
El uso de este tipo de embarcaciones y el incremento de la actividad comercial llevó a realizar modificaciones en los puertos, sobre todo en su defensa. Esta fue una prioridad en los proyectos de la época y a ello se encaminaron los esfuerzos con la construcción de castillos, fortificaciones, fuertes y murallas.
Estos avances científico-técnicos fueron puestos al servicio de encontrar la forma de llegar a la India por mar, ya que los turcos otomanos habían bloqueado el tráfico terrestre con Asia al tomar la ciudad de Constantinopla. Por qué era importante encontrar una ruta alternativa hacia la India? Por la necesidad de las especias, cuya importación se hacía cada vez más difícil, además de sus precios que eran desorbitantes. Europa tenía déficit de forrajes, lo que llevaba a sacrificar grandes cantidades de ganado, cuya carne era preciso conservar para que pudiera ser consumida en el invierno y, para eso, eran necesarias las especias.
No sólo la pimienta, la canela y el jengibre eran tenidas por especias sino también, drogas, tintes, perfumes y cosméticos provenientes de Sumatra, Ceilán, Molucas, Malaca y Bengala.
Los primeros que llegaron a Oriente por vía marítima fueron los portugueses: Vasco de Gama circunnavegó Africa, llegando a la India entre 1497 y 1498.
Mucho más importante fue el "descubrimiento" realizado por los españoles liderados por Cristóbal Colón, navegante al servicio de los reyes Católicos que, en su intento de llegar a Asia por un nuevo camino, se topó con un continente hasta entonces desconocido: América.