Recién dos años después de la victoria de Maipú, se inició la campaña al Perú, porque Chile y las Provincias Unidas no estaban en condiciones militares y políticas para armar la expedición.
Hacia 1820, Chile atravesaba una pésima situación económica y en el Río de la Plata, el gobierno directorial se disolvía producto de las disensiones sobre la forma de gobierno que debían adoptar las Provincias Unidas. El agravamiento de las tensiones internas llevó a los caudillos gobernadores de diferentes provincias a solicitar el auxilio de San Martín, quien respondió a esas solicitudes expresando que: �Mi sable jam�s saldr� de la vaina por opiniones pol�ticas�. Agregando, en carta dirigida a Artigas, que:
�Cada gota de sangre americana que se vierte por nuestros disgustos me llega al coraz�n. Paisano m�o hagamos un esfuerzo, transemos todo y dediqu�monos, �nicamente a la destrucci�n de nuestros enemigos que quieren atacar nuestra libertad�.
Archivo de San Martín, T. IV, p. 148 y 150.
Luego de Maipú, San Martín partió a Buenos Aires y fue recibido con honores. No buscaba fama sino apoyo político y recursos por parte del Director Supremo y de sus compañeros de la Logia, para llevar adelante la etapa final de su proyecto: proclamar la independencia del Perú.
De regreso a Cuyo y esperando la ayuda monetaria para su campaña –que no llegaba-, decidió renunciar a la comandancia del Ejército de los Andes aludiendo problemas de salud. La noticia resultó impactante. Ante la situación, Pueyrredón logró conseguir recursos y confirmó a San Martín en el mando del Ejército expedicionario.
Mientras San Martín permanecía en Mendoza, iba materializándose en Chile la formación de una escuadra que transportara por el Pacífico a las fuerzas expedicionarias hacia el Perú. Para ello, contó con el respaldo de O`Higgins y el financiamiento de la burguesía chilena, cuyos miembros estaban interesados en vender sus productos –en especial, trigo- libremente en el Callao.
La escuadra, organizada en el inicio por el chileno Blanco Encalada, culminó al mando del almirante escocés Tomás Alexander Lord Cochrane, a quien se contrató a tal efecto. Durante 1819, Cochrane navegó por las costas del Pacífico llegando a bloquear y bombardear el Callao, distribuyendo propaganda revolucionaria y reclutando voluntarios por los puertos que fue tocando en esa travesía.
Al mando de San Martín, el Ejército Libertador del Perú zarpó del puerto de Valparaiso, el 20 de agosto de 1820. Luego de dos semanas de navegación, el 8 de septiembre se inició el desembarco de la Expedición Libertadora en la bahía de Paracas sin encontrar oposición del enemigo.
El virrey Pezuela, con la intención de ganar tiempo, propuso una suspensión de las operaciones militares. Ambos jefes enviaron delegados al poblado de Miraflores donde se realizaron las negociaciones de paz que no llegaron a buen puerto.
San Martín propuso entonces, iniciar abiertamente la campaña. Con parte de la flota, bloqueó el puerto del Callao y con el resto, siguió hasta Ancón. En este punto, desembarcaron algunas partidas de soldados con la finalidad de lograr la sublevación de las poblaciones y obtener víveres. José Francisco siguió hacia el norte y estableció su cuartel general en Huaura.
Luego de intentos conciliadores, en los que San Martín ofreció al entonces Virrey José de la Serna, la instalación de una monarquía constitucional encabezada por un miembro de la familia de Fernando VII, se reanudaron los combates y las fuerzas patriotas cercaron Lima por tierra y por mar hasta vencer al enemigo. San Martín ingresó a la ciudad el 12 de julio de 1821 y convocó a cabildo abierto para que los vecinos firmaran el Acta de la Independencia.
La elite limeña organizó una ceremonia para proclamar la independencia en la Plaza de Armas de Lima y el sábado 28 de julio de 1821, San Martín subió al estrado con la bandera roja y blanca en sus manos.
Fue proclamado Protector del Perú (3 de agosto de 1821) asumiendo el supremo mando político y militar del país. Inició entonces, la tarea de organizar el nuevo estado, con miras a implantar una monarquía constitucional en Lima.
Estableció la libertad de imprenta y de comercio, oficializó la religión Católica, creó la Biblioteca Nacional del Perú, fundó la Escuela Normal de Varones para formar docentes con nuevos métodos pedagógicos, creó la Guardia Cívica -cuerpo armado que debía respaldar las medidas revolucionarias-, expulsó a españoles que no aceptaban la independencia y confiscó sus bienes, y prohibió la exportación de metales preciosos a España.
Preocupado por los avances de los realistas y la escasez de sus recursos, San Martín decidió entrevistarse con Simón Bolívar, el líder de la corriente libertadora del norte. Dejó en el gobierno de Lima al delegado supremo José Bernardo de Tagle y marchó a Guayaquil. Fueron tres los asuntos principales que debieron conversar ambos jefes: los límites entre el Perú y la Gran Colombia (sobretodo la posesión de Guayaquil), la ayuda militar grancolombina y el sistema de gobierno más conveniente para el Perú. En ninguno de los puntos San Martín logró lo que buscaba. Cuando José Francisco le ofreció el liderazgo de la campaña libertadora en el Perú, Bolívar le dio a entender que sólo aceptaría si él se retiraba del Perú.
San Martín regresó a Lima con la idea de abandonar Perú dejándole el camino libre a Bolívar para que completara la independencia americana. El mismo día de la instalación del Congreso Constituyente (20 de septiembre de 1822), San Martín presentó su renuncia irrevocable a todos los cargos públicos que ejercía. El Congreso le agradeció sus servicios, lo nombró Generalísimo y le otorgó el título de Fundador de la Libertad del Perú. San Martín se trasladó de inmediato a Ancón para embarcarse rumbo a Valparaíso y desde allí, emprender el regreso a Buenos Aires.
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Encontrándose pronta la concreción de la libertad del Perú, San Martín se dirigió a los españoles europeos con la finalidad de advertirles cuál sería el trato hacia su persona y sus bienes cuando se desalojara del poder al virrey Pezuela.
Nombrado Protector del Perú, José Francisco vivió sucesos importantes como el encuentro con Simón Bolívar en Guayaquil y la decisión de renunciar al mando del Perú. A su regreso al Río de la Plata, la conmoción interna en la que éste se hallaba inmerso, lo impulsaron a regresar a Europa. Lo invitamos a realizar un recorrido por esas distintas situaciones a través de los siguientes documentos.
PROCLAMA DEL LIBERTADOR DON JOSÉ DE SAN MARTÍN A LOS ESPAÑOLES EUROPEOS. 20 DE NOVIEMBRE DE 1820. |
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DISCURSO NOMBRADO POR EL LIBERTADOR DON JOSÉ DE SAN MARTÍN ANTE EL CONGRESO CONSTITUYENTE PERUANO. 20 DE SEPTIEMBRE DE 1822. |
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CARTA DEL LIBERTADOR DON JOSÉ DE SAN MARTÍN AL LIBERTADOR DE COLOMBIA, DON SIMÓN BOLÍVAR. 29 DE AGOSTO DE 1822 |
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CONFERENCIA DE GUAYAQUIL |
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CARTA DEL LIBERTADOR DON JOSÉ DE SAN MARTÍN AL GENERAL DON GUILLERMO MILLER EN DONDE LE INFORMA SOBRE SU ACTUACIÓN EN AMÉRICA DÁNDOLE NOTICIAS DE LA ENTREVISTA DE GUAYAQUIL. 19 DE ABRIL DE 1827. |
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CARTA DEL LIBERTADOR DON JOSÉ DE SAN MARTÍN AL GENERAL DON TOMÁS GUIDO EN LA QUE EXPONE SU OPINIÓN SOBRE EL ESTADO GENERAL DEL PAÍS QUE LO INDUCÍA A REGRESAR A EUROPA. 6 DE ABRIL DE 1829. |