Dirección General de Cultura y Educación

Campaña Electoral

Álvaro Alsogaray fue candidato presidencial por la Unión del Centro Democrático. Establecida la fecha de las elecciones para el 30 de octubre de 1983 -dictado el Decreto N°. 2.135/83, Código Electoral Nacional- el 18 de agosto de 1983, los partidos políticos se dieron a la tarea de organizar sus campañas electorales.

Muchos partidos políticos presentaron candidatos: el Movimiento de Integración y Desarrollo, la Unión Cívica Radical, el Partido Justicialista, el Partido Intransigente, la Unión del Centro Democrático, el Partido Socialista, la Democracia Cristiana, el Partido Comunista,  el Frente de Izquierda Popular y la Alianza Federal. Al acercarse la fecha de las elecciones, la puja se encontraba lo suficientemente clara como para advertir quiénes serían los candidatos con mayores posibilidades de triunfar.

La Unión Cívica Radical respaldó a Raúl Alfonsín que se había impuesto en elecciones internas a su rival Fernando De la Rúa. El Partido Justicialista impulsó la candidatura de Italo Argentino Luder, quien había formado parte del gobierno de María Estela Martínez de Perón.
El Frente de Izquierda Popular presentó como candidato a Jorge Abelardo Ramos.
El Justicialismo basó su campaña en la fuerza del partido, con las imágenes de su líder y fundador Juan Domingo Perón. Las propuestas giraban en torno a continuar con los postulados peronistas: justicia social, soberanía política e independencia económica. Contaron con una afiliación masiva que llegaba al 40% de los votantes y con aliados históricos como los sindicatos que apoyaban abiertamente la campaña.

La propaganda masiva era estática y no se renovaba; apelaba a la historia partidaria: “Por las veces que nos persiguieron, por las cárceles, por las ollas populares, por los niños que no nacieron, por los viejos muertos antes de tiempo, por el dolor de las Malvinas, por todo eso y por aquella hermosa juventud masacrada. El 30 de octubre será la victoria peronista, la victoria del pueblo, de la unidad nacional, de la liberación, de la revolución nacional en paz. Partido Justicialista. Luder-Bittel”.
   
El PJ, también, recurrió al apoyo brindado por partidos políticos adherentes. Los candidatos justicialistas aparecían en carteles propagandísticos con miembros de otros partidos políticos. Pero pese a estos apoyos externos, organizaron un discurso proselitista dirigido centralmente hacia sus afiliados. Para despertar la mística peronista, utilizaron la marcha, el símbolo de los dedos en V, las banderas azules y blancas, el escudo y los banderines con las imágenes de Perón y Evita.

Carteles publicitarios del Partido Justicialista. La Unión Cívica Radical centró su campaña en Raúl Alfonsín y no en el partido político. La publicidad se hizo personalista: el candidato pasó a ser la estrella contando con el incondicional respaldo del partido, cuyos valores centenarios se encargaban de reflotar en todos los discursos. En las alocuciones, se apelaba a recordar a hombres que habían sido ejemplo de ética y de respeto institucional como Leandro N. Alem, Hipólito Yrigoyen, Arturo Illia y Ricardo Balbín.
En los textos propagandísticos se podía leer:
- Ahora Alfonsín, el hombre que hace falta. 
- Ahora el Argentinazo con Alfonsín.
- Más que una salida electoral, es una entrada a la vida. Ahora, Alfonsín.
- Usted sabe RA, garantía de libertad y justicia.

En la campaña del radicalismo, se incorporaron íconos como la sigla RA correspondientes al nombre del candidato, pero que al estar inserta en un óvalo con los colores de la bandera nacional, generaban la inmediata identificación con la República Argentina (RA). A través de los actos públicos, Alfonsín impuso gestos, frases (“Con la democracia se come, se educa...”) y adoptó la modalidad de concluir sus discursos pronunciando la última parte del Preámbulo de la Constitución Nacional (“para nosotros,
para nuestra posteridad y para todos los hombres
del mundo que quieran habitar en el suelo argentino…”)
. La utilización de estos símbolos sirvieron para que en sus propuestas, se sintieran incluidos no sólo los afiliados radicales  sino todos los habitantes de la Nación Argentina.

Además, fue pionero en la utilización de los medios televisivos en una campaña electoral. Participó, solo o acompañado por su familia, en programas políticos y magazines que convocaban una importante audiencia. Desde ellos, pudo interpelar al hombre y a la mujer comunes y llegar a un amplio número de teleespectadores. 

En la campaña electoral de 1983, las encuestas de opinión asomaron tímidamente en los medios de comunicación. Tal vez hoy, esta situación resulte paradójica teniendo en cuenta la trascendencia que las elecciones del ‘83 tuvieron para la sociedad argentina. Sin embargo, no era descabellado que así fuera, debido a que las décadas de proscripciones y restricciones electorales y la falta de ejercicio participativo tornaban inesperado el comportamiento electoral de la población.
Cerca de la fecha de finalización de la campaña, los candidatos de los partidos políticos convocaron a los actos de cierre. Los más multitudinarios fueron los del PJ y de la UCR que reunieron cerca de un millón de personas. Todos los días los periódicos publicaban datos y especulaban respecto de los inciertos resultados.
Documento Nacional de Identidad, página de Constancias Electorales, primer casillero con la fecha 30-10-83.  El día de la votación, los ciudadanos se aprestaron a concurrir a los lugares de elección solos o acompañados por sus hijos que tenían curiosidad de participar de un acto eleccionario. Tanta curiosidad como muchos de los jóvenes que esa jornada, estrenarían la página de Constancias electorales de su Documento Nacional de Identidad.   
Los medios de comunicación cubrieron las elecciones y la población estuvo a partir de las veinte horas, pendiente de los resultados: Raúl Alfonsín, con el 52% de los sufragios, se impuso a la fórmula justicialista sin necesidad de que se convocara al Colegio Electoral.

Militantes radicales salieron a las calles a festejar y estuvieron acompañados de militantes de muchos otros partidos políticos que, aunque no habían salido favorecidos por los votos, también tenían motivo para festejar: el retorno de la democracia. Retorno que abría innumerables expectativas de cambio en la población.

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Los periódicos del mundo seguían de cerca los avatares de la campaña electoral de 1983 y evaluaban sus resultados. Les sugerimos la lectura de un artículo del diario El País del 10/10/1983. 

Diario El País