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Indigenista |
El 12 de octubre es una fecha que genera confrontaciones, producto de las interpretaciones derivadas de vertientes historiográficas y políticas diferentes que dieron lugar a posturas heterogéneas respecto de su significado.
Las miradas autóctonas se centran en la figura humana del indígena que habitaba el continente antes de la llegada de los conquistadores europeos. El indígena es, entonces, el verdadero protagonista de una historia truncada por el colonialismo y el exterminio.
Los principios religiosos, morales y culturales del catolicismo y el modo en que éstos se materializaron en América se valoraron como la fuente de todos los males americanos. Estos principios se plasmaron mediante el desarrollo de un modelo social y de pensamiento que hundía sus raíces en el organicismo medieval, en la idea imperial, y en el predominio de la fe impulsados por España durante los siglos XV al XVIII.
Bajo la forma de la Leyenda Negra, se denunciaban los errores e injusticias cometidos por los españoles, brindando una imagen del pasado que descalificaba globalmente la acción histórica y las ideas y valores impulsados por España. La llamada Leyenda Negra tuvo su origen en la tarea de propaganda contra España, impulsada primero por quienes sacarían una sustanciosa tajada a partir de la decadencia española: Francia, Inglaterra, Países Bajos y parte de Italia.
Esta leyenda se sustentaba en el exagerado interés de los Reyes Católicos; en la rigidez de la defensa del catolicismo, a punto de expulsar a judíos y moros del territorio peninsular, y en una legislación contradictoria para las Indias.
Tal idea se generalizó en la Europa de la ilustración del siglo XVIII, señalando a la Iglesia Católica como causa principal de la degradación cultural.
Según los hispanistas, el precursor de la Leyenda Negra fue Fray Bartolomé de las Casas, quien desde sus escritos y desde la acción pastoral y política que desplegó mientras fue obispo de Chiapas, bregó por la justicia en el trato hacia los indígenas.
En América, la Leyenda Negra fue tomada por intelectuales y comunidades que buscaban el desarrollo de una conciencia identitaria para las minorías indígenas y fue reelaborada como la Leyenda Indígena. Esta mirada, que reconoce como sus iniciadores al Inca Garcilazo a través de sus Comentarios Reales y a Felipe Guaman Poma de Ayala, en Nueva crónica y buen gobierno, intentaba repasar y valorizar los aportes culturales del elemento indígena en América. Así, se señalaban ciertas expresiones folklóricas, musicales; artesanías regionales; manifestaciones culinarias; cosmovisiones éticas y religiosas; el sentido comunitario y la vigencia de muchas voces que enriquecieron la lengua española.
Sobre todo, durante el siglo XX, historiadores y políticos se ocuparon de mostrar la mirada de los vencidos y de rescatar su aporte a la conformación de una identidad iberoamericana y nacional. Como ejemplos, citaremos a José Carlos Mariátegui, en sus Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana; Manuel González Prada, en Páginas libres; Víctor Raúl Haya de la Torre, en Espacio-tiempo histórico; José María Arguedas, a través de Formación de una cultura nacional indoamericana; Eduardo Galeano, en su obra Las Venas abiertas de América Latina.
Entre los elementos generales que caracterizan la mirada de la Leyenda Negra y la Leyenda Indígena podemos mencionar:
- la mala administración española, que no solucionaba ninguno de los problemas existentes en los territorios bajo su mandato, sino que añadía otros nuevos (cuando menos, los derivados de su propia ineficacia), y que generaba con ello una situación crónica de desgobierno político, de injusticia legal, de inseguridad social y de desorganización y explotación económica;
- la opresión que padecían los súbditos de España en América, que eran víctimas de una represión absoluta que abarcaba todas las facetas de su vida cotidiana, comenzando por la propiedad de la tierra, sus formas tradicionales de vida, la represión de sus libertades, la imposición del miedo y la muerte, además de la represión del pensamiento y de las creencias en nombre de la ortodoxia religiosa, para lo cual los españoles se servían del instrumento de la Inquisición;
- el atraso cultural e intelectual de los españoles, pues en tales condiciones el progreso de las ideas se hacía imposible, con lo que tampoco cabían muchas esperanzas de lograr un progreso material. Atraso cultural, por otra parte, que se buscaba de forma intencionada por parte de los gobernantes españoles, pues de este modo, manteniendo al pueblo sumido en la ignorancia, les era más fácil asegurarse su dominio;
- una estructura económica dependiente que se inició con la dominación española y que perduró luego de la independencia de sus colonias. El problema de la construcción de comunidades políticas viables, dentro de las cuales se pudiera organizar un nuevo orden jurídico, legal y constitucional, nació de la desintegración del imperio español mediante una revolución y largas guerras internas y externas. A falta de un poder político efectivo, de una legitimidad convincente y de capitales cuantiosos, los criollos acogieron muy pronto a los inversionistas y comerciantes europeos y norteamericanos como a potenciales aliados, no sólo para lograr la anhelada modernización de sus países mediante el libre cambio, sino también y sobre todo, para afianzar sus gobiernos mediante los préstamos externos que aseguraban la financiación del presupuesto estatal. Esto fue producto de la debilidad fiscal, militar y política de los territorios americanos heredada de la organización colonial hispánica.
Eduardo Galeano plantea la encrucijada de reflexionar acerca de qué festejar el 12 de octubre.
12 de octubre, el "descubrimiento" de América y la historia oficial |
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