Culturas Americanas
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Culturas Americanas


Cronología y ubicación geográfica de las civilizaciones americanas

ÁREA MESOAMERICANA
El término de mesoamérica fue utilizado para definir la región delimitada en el siglo XVI por el río Sinaloa, al noroeste de México y las cuencas del Lerma y Soto de la Marina en la Costa del Golfo. Al sur, por el río Ulúa en el Golfo de Honduras, y Punta Arenas en Costa Rica. Este amplio territorio contaba con una gran variedad de suelos y climas; zonas montañosas y desérticas, selvas con lluvias tropicales y valles.

Chichen Itzá, importante centro político de los mayas.  Allí se desarrollaron las civilizaciones prehispánicas más importantes: mayas y aztecas.

La civilización maya se extendió por el actual sur de México, Guatemala y Honduras. 

Esta civilización desarrolló la agricultura de bosque para plantar maíz, que exigía que los árboles fueran muertos y quemados, por lo que la tierra quedaba agotada. Entonces, aldeas enteras tenían que ser trasladadas. Esta técnica agrícola fue conocida con el nombre de milpa o roza.

Estelas mayas grabadas en piedra. Las poblaciones vivían en aldeas desparramadas y no permanentes. Expresaban su unidad social a través de la construcción de templos que se erguían por encima de las aldeas. Fundaron importantes centros urbanos como Tikal, Palenque y Chichén Itzá. Las ciudades estaban consagradas, principalmente, al culto religioso, a reuniones sociales y mercados.

La población urbana se dedicaba a oficios artesanales, al comercio y otras ocupaciones no productivas de alimentos.

En las ciudades mayas, existía una sociedad ordenada jerárquicamente, cuyo estrato superior lo constituía una nobleza hereditaria y el clero, mientras el inferior estaba conformada por los esclavos.

Los mayas utilizaron herramientas de piedra, con el objetivo de construir, decorar y erigir estelas conmemorativas o piedras de calendario.

Escribían los números hasta el 19 en forma de puntos y rayas, y para cantidades mayores, utilizaban el cero y la superposición de los signos, con arreglo al sistema vigesimal. Esta aritmética y sus observaciones astronómicas sin ayuda de instrumentos especiales, les sirvieron a los mayas para la fijación de su calendario y para la cronología. Poseían una forma de escritura, conformada por símbolos y no meros grabados pictóricos.

El imperio maya se había disuelto a mediados del siglo XV en una especie de principados-ciudades. Esta decadencia política facilitó a los españoles la conquista de Yucatán primero, seguida de la de México por Hernán Cortés, proceso que se prolongó desde 1527 a 1546.

Teotihuacan, antiguo centro ceremonial azteca.  En el actual territorio de México, se desarrolló la civilización azteca. Extendieron su dominación desde las costas del Pacífico a las del Atlántico con un sistema de dominación estructurado firmemente: la administración estatal se hallaba centralizada y ampliamente burocratizada.

La sociedad azteca estaba estructurada en forma escalonada: por el estamento noble que se componía de miembros pertenecientes a la vieja aristocracia tribal y de los nuevos nobles. También los sacerdotes y los altos funcionarios que obtenían los privilegios de la nobleza. Los mercaderes se dedicaban al comercio exterior de mercancías de lujo y servían como espías al soberano en sus viajes comerciales. Ellos ocupaban una posición privilegiada en la sociedad mexicana.

Mapa de Tenochtitlán de la memoria personal de Cortés, publicado en 1524. Los artesanos desempeñaban oficios y trabajaban para las necesidades superfluas de la capa dominante. El pueblo común cultivaba la tierra, recibía de las comunidades o calpullis predios asignados a cada familia. Los esclavos pese a ser cautivos de guerra, estar castigados por diversos delitos o ser deudores morosos,  no estaban despojados de todo derecho. Se los ocupaba de cargadores y en trabajos domésticos. Sus hijos eran libres.

La productividad del suelo mexicano era elevada. Incluso con el método más primitivo para el cultivo del maíz, el de milpa, se obtenían altos rendimientos. Se labraban las tierras ribereñas periódicamente, ya que el cieno dejado por los ríos garantizaba grandes cosechas. Surgió además, una extensa red de obras que sólo una organización estatal desarrollada podía crear.

Tenochtitlán -la fortaleza insular de los aztecas- fue establecida hacia 1325 para evitar que los enemigos tuvieran fácil acceso a la ciudad. Sus templos, casas comunales y mercados provocaron el asombro de los españoles. La ciudad estaba unida a la costa por medio de terraplenes. Aumentaron su tierra arable haciendo chinampas -islas de largas raíces y barro dragado del fondo del lago.

Cuando llegaron los españoles, la situación interior del imperio contribuyó a que los españoles lo pudieran someter con la asistencia de tribus mexicanas que padecían bajo la arbitrariedad de los recaudadores aztecas.

ÁREA ANDINA
La región andina comprendía el área ecológico-cultural de Sudamérica que se extiende por su faja del Pacífico desde Colombia y el oeste de Venezuela; por el norte, hasta Chile; por el sur, pasando a través de Ecuador y Perú e incorporando a Bolivia, en el Noroeste Argentino.

Machu Pichu, habría sido una residencia ceremonial de los incas. En esta región, al momento de la conquista, se desarrolló la civilización incaica que constituía el núcleo poblacional más importante de toda Sudamérica. Había articulado un sistema socioeconómico de aprovechamiento de los recursos naturales que permitía alimentar a poblaciones muy numerosas, manteniendo, a la vez, un equilibrio duradero con su entorno.
Los antiguos pueblos del altiplano elaboraron culturas muy diferentes entre sí, y a partir de las conquistas militares que emprendieron los incas, pudieron crear un imperio que abarcaba desde el sur de Colombia hasta Chile.

Mantener unido un imperio tan extenso requería una importante capacidad organizativa por parte del Inca y de su entorno. La administración estaba dividida en cuatro regiones que, a su vez, se subdividían en provincias. Cada una de éstas estaba a cargo de un alto funcionario que respondía al Inca. De ese modo, se podía ejercer un control muy estricto sobre todos los rincones del imperio.

Los curacas, nobles de las provincias, gobernaban a los campesinos organizados en comunidades, denominadas ayllu, y recibían los tributos de esas comunidades que luego entregaban al estado incaico.

Los reinos sometidos fueron debilitados al hacerlos depender de la autoridad administrativa del inca, imponiéndoles el culto al sol y el empleo del quechua, como lengua de los conquistadores.

Los incas habían ideado un sistema numérico decimal, llamado quipu -especie de auxiliar mnemotécnico que permitía llevar una contabilidad-. Mediante los quipus, se inventariaba estadísticamente todo lo que hubiera ocurrido en los distritos del imperio y se lo informaba a los organismos centrales.

El control efectivo del territorio se complementaba mediante el trazado de un sistema de caminos que articulaban los asentamientos (camino real, caminos principales y secundarios) y se extendían en todos los sentidos del imperio en una red de 40 mil kilómetros.

Curaca Condor Chaua' contador mayor del Inka según los dibujos de Guaman Poma de Ayala. En sus manos sostiene un quipu.  Esta red posibilitaba desplazamientos de tropas, el servicio de noticias y el transporte de mercancías. A lo largo de las rutas, se alzaban, en intervalos regulares, albergues o postas destinados a hospedar a los viajeros.

Los incas aprovechaban las diferentes condiciones ecológicas de las zancas montañosas para realizar distintas actividades, según las alturas. A este sistema se lo conoce como de terrazas. El maíz y la papa constituían su base alimentaria, complementada con la oca -tubérculo con gusto a castaña-, el ulluco y la quinoa, entre otros.

Practicaban la ganadería, utilizando camélidos (llama, alpaca, vicuña) como bestias de carga, proveedoras de lana y, en menor medida, de carne, debido a que su dieta era mayormente vegetariana.

Sus aptitudes artísticas pueden apreciarse a través de tejidos, una variadísima cerámica, y las construcciones de templos y pirámides.


Fechada en Segura de la Frontera el 30 de octubre de 1520, Hernán Cortés escribió la Segunda Carta de Relación dirigida al rey de España, en la que narró cómo era la ciudad de Tenochtitlán (Temixtitán), las primeras alianzas con indígenas y los primeros contactos con embajadas enviadas por Montezuma (MuteeSuma). El Inca Garcilaso de la Vega describió el Cusco y el Templo del Sol en su obra Comentarios Reales de los Incas. Lo invitamos a leer esos relatos.

Segunda Carta de Relación de Hernán Cortés (Fragmento)

Comentarios Reales de los Incas (Fragmento)