Dirección General de Cultura y Educación

El Hogar


Frente de la casa natal de Sarmiento hoy convertida en museo.La casa que albergó a la familia Albarracín Sarmiento fue levantada en un terreno heredado, ubicado en el Barrio El Carrascal de San Juan; hoy, calle Sarmiento 21 sur.

La construcción del hogar fue iniciativa de doña Paula en 1801, aprovechando los ahorros que pudo reunir a partir de su trabajo como tejedora.

Ayudada por dos esclavos -que sus tías le prestaban- y asistiendo a los encargados de la construcción, ella engrosaba sus ingresos tejiendo en un telar que había colocado debajo de una higuera que había en el terreno y que luego quedaría ubicada en el centro del patio. Las telas confeccionadas en la semana las vendía los sábados y con ese dinero, le pagaba a los peones.

Telar utilizado por doña Paula AlbarracínLos materiales de construcción de la época eran adobe y tapia para las paredes. El adobe era una masa de barro y paja en forma de ladrillo, secada al sol. La técnica de fabricación era muy simple: después de mezclar y amasar tierra y agua, se le daba forma manualmente o con un molde. En algunos casos, se combinaba con la masa alguna fibra vegetal como refuerzo. El espesor típico de los muros de adobe era de 30 a 40 cm.       

La tapia se utilizaba para levantar las paredes de una casa o para su revoque. Se le decía tierra cruda porque no tenía ningún proceso de cocción; la tierra sólo se encontraba compactada. La tapia se utilizaba para levantar las paredes de una casa o como revoque de las mismas.

Estos materiales eran muy buenos, ya que la tierra no sufría cambios significativos posteriores a su extracción y compactación debido a que no se había producido un cambio sustancial respecto de las condiciones en las que se encontraba originalmente en el terreno.

Las paredes de adobe y de tapia debían estar aisladas de cualquier fuente de agua, aún del agua que ascendía del subsuelo. Para conseguir este aislamiento, se construían cimientos de piedra encajadas una sobre otra sin ninguna argamasa. Esta capa de piedra acomodada constituía una barrera contra el ascenso de la humedad. Los techos con aleros cubrían las paredes de la erosión por lluvia.

Pared construida de adobe.  En su elaboración se utilizó tierra y fibras vegetales.Las edificaciones de adobe y tapia constituían un importante medio aislante de las variaciones de temperatura que se presentaban en climas como el de San Juan. La capacidad de estos materiales hacía que las temperaturas cambiaran muy poco del día a la noche y del verano al invierno.

El techo era a dos aguas, construido con caña, palos y barro, sostenido por vigas maestras -llamados tijerales- de madera muy dura. El piso era de ladrillo. Las puertas y ventanas estaban hechas de algarrobo, según decía Sarmiento: "los únicos árboles que se encontraban en los campos". 

Por qué utilizaban este tipo de materiales? Porque eran los más abundantes que había en el entorno y porque el clima de la región favorecía su aplicación. Clima desértico, con precipitaciones muy escasas "siendo más probables en verano-, elevada aridez y un importante cambio de temperatura del día a la noche y también entre las diferentes estaciones del año. Además, este tipo de edificación era más resistente a la actividad sísmica. San Juan, ubicada al pie de la precordillera, vive en ocasiones, las consecuencias de los movimientos sísmicos que afectan a la cordillera principal andina.

Habitación original de la casa levantada por  Paula Albarracín donde nació Faustino Valentín Sarmiento.Con mucho esfuerzo, Paula Albarracín, pudo levantar sólo una habitación la que -al casarse con José Clemente Sarmiento- fue divida con un tabique en dos partes: una sirvió como dormitorio y la otra como sala de estar.

Domingo Faustino recordaba que en un rincón de la sala, se encontraba el estrado -tarima con alfombra y almohadones- que ocupaba todo un costado de la habitación y donde sólo estaba permitido que las mujeres se sentaran para conversar y realizar sus tareas de costura, bordado, tejido. En ese lugar, se ubicaban pequeños muebles femeninos como costureros y cajoncitos donde se guardaban los elementos de trabajo. También era frecuente encontrar sobre él, instrumentos de tejido: lanzaderas (servían para pasar la lana entre los hilos de la urdimbre), husos de madera (se usaban para hilar la lana) y devanadoras con las que se ovillaba la lana.


Destiladera. Cocina   casa de SarmientoEn la sala, también había dos mesas de madera de algarrobo, algunas sillas y grandes cuadros con la imagen de Santo Domingo y de San Vicente Ferrer.

Como calefacción del ambiente y para cocinar, la familia utilizaba un brasero de madera revestido en bronce en su parte superior y en el centro -donde se colocaban las brasas-. 

Contaba al mismo tiempo con una destiladera, para filtrar el agua que llegaba a la casa por la acequia que atravesaba los fondos de la propiedad. La destiladera consistía en un armazón de madera de cuatro patas que en su parte superior, tenía una piedra porosa y hueca, de forma semiesférica en la que se depositaba el agua que caía filtrada a un recipiente ubicado en la parte inferior, llamado bernegal.

En la cocina, espacio de encuentro de olores, sabores y traspaso de secretos culinarios, además de cuencos y platos de cerámica y utensilios de madera, había una pala de cobre, olla con dos asas, en las que doña Paula y sus hijas cocinaban dulces de los frutos de la higuera, naranjos y durazneros que había en el terreno.

Además de contar con plantas ornamentales, el patio de la casa tenía variedades de especies aromáticas y medicinales y en la huerta, se cultivaba todo tipo de legumbres y hortalizas necesarias para la alimentación de la familia. El patio era también el lugar destinado a la cría de pollos y patos.  Sarmiento planteaba que su casa parecía un "arca de Noé", en la que por otra parte, había espacio para elaborar las tinturas y el almidón que le aplicaban a las telas confeccionadas y fabricar las velas con las que se alumbraban.

La casa originaria fue ampliada y modificada cuando Sarmiento tuvo alrededor de dieciséis años. Sus jóvenes hermanas tuvieron mucho que ver en esos cambios, lo que generó serios conflictos familiares.

Del mismo modo, Domingo contribuyó al mejoramiento de la casa paterna, a la que regresó una y otra vez luego de sus exilios y que habitó siendo gobernador de San Juan entre 1862 y 1864. A través de la pluma de Sarmiento, en sus Recuerdos de Provincia, los invitamos a realizar un recorrido por la casa natal, sus habitantes y las sensaciones que ella provoca.

El hogar paterno (Fragmento)