Jardín de Infantes Nº 902 “Gabriela Mistral” - Bahía Blanca

La creación de este Jardín marca el comienzo de la Educación Inicial en Bahía Blanca, y la relevancia de este hecho, la señala la presencia de las máximas autoridades de la Nación y la Provincia en su inauguración oficial.

La historia del Jardín de Infantes “Gabriela Mistral” está vinculada a la historia de la colectividad alemana en Bahía Blanca. Desde la fundación en 1903 de la Sociedad Alemana, nace la idea de crear un colegio primario bilingüe, que fue inaugurado en 1904.

Posteriormente, con el aporte de las firmas alemanas y argentinas de la ciudad de Bahía Blanca y de la zona, como así también de la Capital Federal, incluyendo en especial a la sociedad “Germanía”, se logró comprar un terreno en la calle Corrientes 316. Con la dirección del arquitecto José Bauerle, se construyó en ese espacio el edificio que serviría en primera instancia para el colegio alemán, y posteriormente para el primer Jardín de Infantes de la ciudad de Bahía Blanca (actualmente Jardín Nº 902).

La inauguración oficial del primer Jardín de Infantes se concreta el 29 de noviembre de 1947, y su primera Directora fue la Sra. Carmen Diharce, quien fue acompañada por las docentes: Thelma Guala, Hilde de Catagnino, Haydeé Ravassio; las niñeras: Inés Garratti, Olga Pellejero; Prof. de música: Nélida Rodriguez; Visitadora social: Filomena Alvarez de Cantos; Ecónoma: Nilda Brusa de Spaccesi; Médico: Dr. Pérez Canel; Odontóloga: Dra. Echegaray; Portero: Osvaldo Muller.

En sus comienzos, el Jardín tuvo como finalidad la Asistencia Social; por este motivo concurrían chicos de sectores carenciados, como los del Barrio 17 de Agosto, vulgarmente denominado “Palihue Chico”.

Con el tiempo la concurrencia al Jardín adquiere relevancia en los sectores medios y altos, que comienzan a enviar a sus chicos.

En Julio de 1948, por iniciativa de su Directora y las docentes del establecimiento queda constituida la Asociación Cooperadora “Amigos del Jardín de Infantes”, siendo su presidente Arturo Besnier y su Secretario Quinto Astolfi.

El 25 de Noviembre de 1948, en una visita realizada a Bahía Blanca por la primera dama de la Nación, Sra. María Eva Duarte de Perón, el Director de Escuelas Dr. Estanislao Maldones y el Inspector General de Jardines de Infantes Jaime Glattstein llevaron a cabo la inauguración oficial del mismo, los cuales actuaron como padrinos. La bendición de las instalaciones estuvo a cargo del Obispo de Bahía Blanca, Germiniano Esorto.

En el año 1949 llega a trabajar al Jardín un grupo de docentes provenientes de Azul, donde habían cursado durante seis meses el profesorado en educación preescolar. Entre ellas podemos mencionar a la Srta. Lía Orio, Sra. Hilda Ritaco, Sra. Díaz Guedes, Julieta Balaguer y la Sra. Clara Kaufman de Nomaksteinsky.

El mismo año, siendo Ministro de Educación el Dr. César Avanza, se crea la Escuela Formativa, y junto a ella, por decreto Nº 8 de fecha 3/3/49, se crea un Jardín de Infantes Anexo para la realización de las prácticas docentes.

En diciembre del año 1953 cesó la actividad de la Escuela Formativa por disposición Oficial, y en el año 1955 el Jardín de Infantes Nº 1 pasa a su actual edificio en Juan Molina 661.
El 25 de Septiembre de 1961 el Ministerio de Educación de la Provincia de Buenos Aires por Resolución Nº 04849, siendo Ministro de Educación de la Provincia de Buenos Aires (interino) Osvaldo H. Mammoni, aprueba la designación del nombre “Gabriela Mistral” al establecimiento.

Actividades de los chicos en el Jardín

En los inicios, no se contaba con suficiente material didáctico, por lo que el mismo era elaborado por los docentes, ya que en los comercios se desconocía la existencia de los mismos.

Las actividades desarrolladas por los chicos eran el dibujo libre, la utilización del punzón; modelado con masa; palita de chapa y rastrillo para trabajar la huerta y juegos de lotería.

Otra de las actividades era el lavado de los dientes, tarea que requería el control de la Visitadora Social y la Odontóloga. Lo que tenía de incómodo esta actividad era que insumía mucho tiempo, ya que no había suficiente cantidad de canillas para hacerlo en un lapso breve. Además de ello, no había presión de agua, por lo tanto si se usaba la canilla de la cocina no podía usarse la del baño y viceversa.

Juegos

Muchos de los juegos que actualmente están en el patio del Jardín, cuenta la Sra. Clara Nomaskteinsky -ex directora del Jardín-, fueron vistos en otros Jardines de nuestro país y en el extranjero, diseñándolos y adoptándolos a nuestro patio. Por ejemplo: el árbol con el tobogán que se convirtió en el símbolo distintivo de la institución.

Existía de parte de los docentes una permanente búsqueda de innovar el material a través de comparaciones y observaciones ante la carencia de los mismos en el mercado.

En los primeros años el uniforme de las niñeras era: camisa blanca, delantal azul largo y zapatos blancos y el de las docentes, delantal blanco. Los niños concurrían con delantal blanco con moños azules y lunares, cosa que era moda en aquella época. Una vez ingresado al Jardín le sacaban el guardapolvo y les colocaban un Jardinero Azul que se lo sacaban al retirarse del Jardín. Esta práctica duró sólo un año porque era muy incómodo.

Cuando se realizaba una fiesta en el Jardín, concurrían todos los vecinos de las cercanías, tuvieran o no relación con los chicos del establecimiento. Las fiestas se realizaban en el patio, armándose el escenario debajo de un Gualeguay.

1947-1972

En conmemoración de los 25 años del Jardín el Diario La Nueva Provincia cita: “El Primer Jardín de Infantes oficialmente creado en nuestra ciudad arriba ya a su cuarto de siglo de existencia”. En tal oportunidad quedó inaugurado el parque de juegos “Carmen Diharce” (nombre de la primera Directora) y en la nota se hace referencia a las palabras que para tal acontecimiento pronunció la Sra. Clara K. de Nomaksteinsky: “Destaca que la actividad principal es lúdica y con ella nacen las demás actividades. Se vigila y se apoya la maduración en todos sus aspectos con vistas a la formación integral. En las aulas adecuadamente ambientadas y en los patios (con sus diversos juegos y la diminuta huerta con sus espantapájaros) que cultivan los pequeños con singular entusiasmo se refugia el mundo de la niñez que mencionamos. Además están allí los lápices de colores, las acuarelas, los dibujos e ilustraciones que alternan con las rondas y con esa réplica de maternidad que las más chiquitas despliegan en torno a sus muñecas”.

Actualidad-50 años después

En la actualidad, la vida del Jardín transcurre en torno a una variadísima gama de actividades que comprende a diario el saludo de la bandera para iniciar la tarea escolar. Ya en la salita, reunidos en grupo con la señorita,  se conversa de las cosas más importantes que sucedieron el día anterior. Además de ello, se controla la asistencia, se lavan las manos y posteriormente se buscan las tazas y el pan para tomar la leche.

En las clases se aplican diversas técnicas plásticas, juegos diversos a través de los cuales se inician en la lecto-escritura y en el cálculo. Además, manejan nociones espaciales de lateralidad, gradualmente incorporan márgenes, la mitad de la hoja, terceras partes hasta llegar al renglón. Todas las actividades se desarrollan a través del juego.

Una actividad que despierta gran interés en el niño es la lectura del diario y el comentario de las noticias más importantes.

Otro foco de interés es el cuidado del medio ambiente para lo cual los chicos realizan distintas actividades como: vivero que armaron las primeras secciones, una huerta cuyos productos son llevados a sus hogares. En estas actividades se solicita la colaboración de los padres para el punteado y desmalezamiento de la tierra.

Para el trabajo en la sala, parte del material es adquirido por el Jardín y parte es confeccionado por los docentes: juegos de conteo, lotería de asociación, etc. Además se utilizan otros juegos como dominó, ladrillitos, sopa de letras, juegos de naipes, ludo, asociación de palabra-imagen, etc.

Al quehacer diario se incorpora la actividad en la sala de música, en la cual los chicos reconocen sonidos de instrumentos, cantan, hacen rondas y actividades de expresión corporal.

Otro momento corresponde a las horas de educación física, en las cuales se explora el espacio total, parcial, se desarrollan destrezas físicas básicas y la socialización a través del juego.

Desde su apertura en 1947 hasta la actualidad, el Jardín creció significativamente ya que cuenta con dos secciones, seis en cada turno, y la cantidad de 360 alumnos que concurren diariamente.