Dirección General de Cultura y Educación

Segundo Sombra

Ricardo Guiraldes Ricardo Guiraldes nació el 13 de febrero de 1886. Era el segundo hijo de Manuel Güiraldes y Dolores Goñi. Al año siguiente de su nacimiento, la familia viajó a París y se instaló en el elegante barrio Saint Claud, donde vivieron durante cuatro años. Por esa razón, hablaba perfectamente el francés.

Los Güiraldes regresaron a la Argentina en el año 1890, en plena crisis del gobierno de Juárez Celman, revolución y cambio de gobierno.

La vida de Ricardo se desarrolló entre Caballito, en casa de su abuelo Güiraldes y en San Antonio de Areco, en la estancia la Porteña -bautizada así en honor a la primera locomotora que circuló en Argentina- propiedad de su padre. Los Güiraldes eran viejos vecinos de San Antonio de Areco, ya que las familias Guerrico y Goñi eran descendientes de Ruiz de Arellano, fundador del pueblo en 1730.

Hacia 1897, abandonó la educación institucionalizada y adoptó como tutor  al ingeniero mexicano Lorenzo Ceballos, con quien compartió muchos momentos,  impregnándose de imágenes de la tierra, de las vivencias de sus hombres, en especial los peones de la estancia. Fue por entonces, cuando comenzó a escribir.

Su obra nobel fue un diario infantil confeccionado en la estancia, al que también había ilustrado.

En 1904, se recibió de bachiller, estudió en el Colegio Lacordaire, en el Instituto Vertiz y en el Instituto Libre de Segunda Enseñanza. Luego, ingresó a la Facultad de Arquitectura al mismo tiempo que se dedicó a la lectura de obras infantiles, especialmente escritas en alemán. En 1905 se pasó a la Facultad de Derecho, estudios que no concluyó.

Hacia 1910, el país vivía profundos cambios sociales y políticos a partir de la aparición en escena de nuevas fuerzas políticas como el radicalismo, el socialismo y el anarquismo. Ese año se realizaron los festejos del Centenario.  Ricardo decidió no acompañar las celebraciones con su familia a pesar de que su padre era intendente municipal de Buenos Aires.

Retrato que hizo Molina Campos en ocasión de conocerlo cuando visitó los pagos de San Antonio de Areco. En él se observa a la izq. la firma del autor y a la der. la de Don Segundo Sombra.
Antes de mayo, se embarcó rumbo a Francia en compañía de Roberto Leviller. Ese viaje despertó su interés sobre la ética y la metafísica. En París, mantuvo relaciones con pintores, músicos, escritores. Continuó su viaje por Italia, Grecia, Constantinopla, Egipto, Ceylán, Rusia, Japón, China, Alemania. Durante este viaje decidió ser escritor.

Cuando regresó, su padre planteó oposición a continuar costeando  la vagancia de Ricardo, por lo cual, se vio obligado a refugiarse en el taller del escultor Alberto Lagos.

En 1912, formó parte de en Buenos Aires de un grupo de artistas y escritores en el taller de Alejandro Bustillo. En ese ámbito, Güiraldes conoció a Adelina del Carril, también artista con quien contrajo matrimonio en 1913.

En 1915, decidió publicar El cencerro de cristal y Cuentos de muerte y sangre. Le presentó sus manuscritos a Leopoldo Lugones y éste le aconsejó que siguiera trabajando; que aún no estaban preparados para ser publicados. 
En 1916, junto a su esposa y amigos, emprendieron un viaje a las Antillas y  Jamaica.

Manuscrito de la primera página del capítulo I de Don Segundo Sombra Ante el triunfo electoral de Hipólito Yrigoyen, se postuló abiertamente antirradical. 

En 1918, publicó Un idilio de estación en una revista dirigida por Horacio Quiroga. A partir de 1922, esa obra recibió el título de Rosaura y estuvo dedicada a su hermana Lolita.

Finalizada la Primera Guerra, Güiraldes viajó a Europa. Una vez en París, comenzó la escritura de Don Segundo Sombra, alentado por el escritor Válery Larbaud.  De regreso a la Argentina, en 1920, escribió  los Poemas místicos, Poemas solitarios y El sendero, obras publicadas en forma póstuma por su viuda.

Luego de un nuevo viaje a París, se vinculó con escritores de vanguardia que habían conformado los famosos grupos de Beodo y Florida. Güiraldes se incorporó al último y junto a Rojas, Paz, Borges y Brandan Caraffa fundó la revista Proa, de la cual fue su director.  También participó de la revista Martín Fierro.

En marzo de 1926, terminó la novela Don Segundo Sombra, páginas de encanto que cuentan las andanzas de un muchacho y su padrino-maestro, Don Segundo, un resero errante y taciturno. Nada queda en él, del gaucho libertario del siglo XIX. Don Segundo Sombra se convirtió en el arquetipo del gaucho domesticado, peón de estancia, amoldado a la vida pacífica del siglo XX.

Jorge Luis Borges comentó que Güiraldes no estaba conforme con su obra y que decía que él quería escribir libros muy distintos, como Xamaica, por ejemplo, ya que le interesaba escribir para porteños y no para peones. Pero de la mano de Don Segundo Sombra y los comentarios positivos de Leopoldo Lugones le llegó la consagración.


Luego de la edición de Don Segundo Sombra, se agravó la enfermedad que padecía y su familia decidió viajar a Francia. Escribió El sendero hasta que en compañía de su esposa Adelina, lo alcanzó la muerte en 1927. Sus restos fueron repatriados y descansan en el cementerio de San Antonio de Areco.

Don Segundo Sombra