Para trabajar con las cartas:
Muchos chicos y chicas debieron exiliarse con sus familias durante la dictadura porque corrían peligro. Las cartas se transformaron en el canal para mantener la comunicación con sus familiares, amigos y seres queridos que habían quedado en el país; también para contar todo lo nuevo que estaban viendo en esos países o provincias que los recibían. Permitían “tocar con las palabras” a aquel que extrañaban y estaba lejos. Leer en voz alta alguna de las recreaciones de esas cartas de chicos y chicas exiliados:
-¿Desde qué lugares son escritas?
-¿Cómo llegan a sus destinatarios?
-¿Qué cosas les preocupan a esos niños y niñas en las cartas?
-¿Qué datos nos ayudan a saber el contexto en que fueron escritas? --¿Qué perciben del ánimo de los chicos cuando las escribieron?
-¿Qué similitudes y diferencias encuentran entre las tres cartas?
Cartas y buzón:
Observar el buzón que está en la muestra.
-¿Cómo es?
-¿Cuándo se usaba?
-¿Dónde estaban ubicados ese tipo de buzones?
-¿Cómo era el correo en esa época?
-¿Qué formas existen hoy para comunicarse con alguien que está lejos?
Usar el viejo buzón -papel y sobre en mano- y redactar una carta para algún chico o chica que haya vivido aquel exilio.
¿Qué objeto de hoy le enviarían como en una especie de cápsula del tiempo?
¿Qué les gustaría que él o ella les trajeran desde donde está?
¿Y si tuvieran que escribirle a un niño o niña que hoy está exiliado de su país, qué le dirían?.
Dejar las cartas en el buzón.