Soy Andrés de Tandil. Mi abuelo era ferroviario y se pasó toda mi infancia contándome historias de trenes. Hace unos meses el tren volvió a pasar por Tandil,. y no sólo pude grabar el sonido del sonido del tren, sino también las hermosas palabras que dijo mi abuelo.
Todos los sábados por la mañana, me despierta la tradicional armónica del afilador. ¿No podría pasar por la tarde?
Por mi barrio sigue pasando el botellero, que con su chata vieja y un parlante más viejo, sigue anunciándose con su clásico: Booootelleroooooo!!! Booootelleroooooo!!!
En mi ciudad la siesta es sagrada para todos, menos para “Bucanero”, el perro atorrante que se dedica a ladrar a la hora de la siesta.
Mi nombre es Juan, nací en Lobos, aunque en mi ciudad nunca aúlla ningún lobo. El sonido que elegí es el de los atletas que corriendo en las olimpiadas Cuenca del Salado, que este año se realizaron en Lobos