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Melodías Argentinas - Independencia - Himno Nacional Argentino


• Contexto
• Análisis Literario
• Bibliografía

Cuadro de texto:   Inmigrantes europeos desembarcando en el puerto de Buenos Aires.  Dado el espíritu de confraternidad entre españoles y argentinos, a consecuencia del fenómeno inmigratorio que dio una convivencia de ambos pueblos  en territorio argentino -especialmente desde fines del siglo XIX-  fue muy bien recibida por la comunidad española en Argentina la medida adoptada de cantar sólo algunas estrofas de la letra original de Himno, a fin de no herir la susceptibilidad de los españoles. Tanto que  la Asociación Patriótica Española (fundada en   1896) organizó una extraordinaria demostración pública, realizada en el año 1900, para agradecer al general Roca, entonces Presidente de la República, el decreto que expidió suprimiendo de la letra del Himno Nacional Argentino las estrofas hirientes para España.


Contexto

Se puede advertir en los albores de la Independencia, cómo se fue configurando una literatura encargada de difundir el entusiasmo por la causa revolucionaria, los triunfos obtenidos contra el enemigo, el sentimiento patriótico. Una muestra de ello fue la La lira argentina, primera antología poética editada en 1824 y en la que apareció incluida -en primer lugar- la versión completa de la Marcha Patriótica. Esto da cuenta de que la literatura producida en la década independentista estaba destinada a generar una tarea cívica que tenía que permanecer más allá de los tiempos, configurándose como lugar de la memoria.

Hubo algunos antecedentes a la Marcha que dieron origen al Himno Nacional.

La Gazeta de Buenos Ayres publicó el 15 de noviembre de 1810 un canto patriótico escrito por Esteban de Luca, poema que fue musicalizado, según reza La Gazeta "por un ciudadano de Buenos Ayres". La obra se cantó hasta la adopción de la Canción Patriótica de Vicente López y Planes. En 1812 surgió una segunda canción escrita por Saturnino de la Rosa y musicalizada por Blas Parera.

Estos poemas no colmaron las expectativas de las autoridades, quienes pretendían que un himno fuera acorde a la situación política, las ideas y los sentimientos que circulaban por entonces, en el Río de Plata. En consecuencia,  en 1812, el Triunvirato encargó al franciscano Fray Cayetano Rodríguez la redacción de una composición sencilla para ser adoptada como himno. La obra –musicalizada por Blas Parera- no satisfizo. Finalmente, en 1813, la Asamblea General Constituyente encomendó a Vicente López y Planes la creación de un poema patriótico.

Fueron Vicente López y Planes y Blas Parera, quienes asumieron la responsabilidad histórica, más que literaria, de plasmar letra y música –respectivamente- de la obra que diera origen al Himno Nacional Argentino.
 

Vicente López y  Planes (1785-1856).

Vicente López y Planes nació en Buenos Aires en 1785, hijo de padre español y madre porteña. Cursó sus primeros estudios en el Colegio San Carlos y los superiores en la Universidad de Chuquisaca, donde se doctoró en derecho.

Fue oficial del Regimiento de Patricios durante las invasiones inglesas y su comportamiento en las jornadas de “la defensa”, le valió un ascenso a capitán. Actuó en el Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810. Marchó al Norte como secretario del Jefe del Ejército Auxiliar y fue secretario de Hacienda del Primer Triunvirato y diputado de la Asamblea Constituyente de 1813. Al renunciar Rivadavia en 1827, fue Presidente Provisional de la República por un breve período; fue ministro del gobernador federal Dorrego, y presidente del Tribunal de Justicia bajo el gobierno de Rosas. Asumió la gobernación de Buenos Aires después de la Batalla de Caseros y fue uno de los firmantes del Acuerdo de San Nicolás (1852). Murió en su ciudad natal en 1856, a los 71 años de edad. Sus principales obras fueron El triunfo argentino (extenso poema que festeja la victoria criolla sobre los invasores ingleses) y la Marcha patriótica (1813).



Blas Parera (1777-1840). Blas Parera nació en España. Estudió música: era organista, clavecinista, violoncelista, maestro director y concertador de orquesta, compositor y copista de música y docente musical. Luego de finalizar sus estudios musicales en España, en 1797 decidió embarcar en la fragata mercante "Rosario" con rumbo a Buenos Aires, donde se estableció como organista de la Catedral y en los templos de San Ignacio y la Merced, impartiendo al mismo tiempo lecciones de música y canto a familias pertenecientes a la alta sociedad porteña. Entre 1802 y 1803 estuvo en Montevideo, desempeñándose en esa ciudad como organista en la iglesia de San Francisco. En 1803 la empresa del flamante Coliseo de Buenos Aires lo contrató como primer músico, maestro, compositor y director de orquesta, comprometiéndolo como clavecinista o como violoncelista. Finalizado su contrato con el Coliseo, en 1806 y 1807 luchó valientemente para la reconquista y la defensa de Buenos Aires durante las invasiones inglesas, actuando en el Tercio de Miñones de Cataluña, conocido también como Batallón de Voluntarios Urbanos Miñones de Cataluña.


Ya en 1810, inspirado en la Revolución de Mayo, Parera había compuesto la música de varios cantos patrióticos. En 1812 escribió Canto a la Memoria de Mariano Moreno. Se le atribuye ser el compositor de El 25 de Mayo, melodrama escrito en 1812 por Luis Ambrosio Morante, relevante comediógrafo rioplatense. Compuso la música del Himno en la casa de Miguel de Luca, padre de Esteban de Luca. Se dice que Blas Parera se inspiró musicalmente tras leerse el poema en casa de Mariquita Sánchez de Thompson.

En el año 1818, diversos documentos señalan su presencia en la ciudad andaluza de Cádiz. Perdidos sus rastros de tierras gaditanas, hacia 1830 se lo ubicó viviendo en Barcelona, donde el catalán pasó sus últimos tiempos como copista de música, profesor de solfeo y canto, y maestro de una pobre parroquia. Murió en 1840.

Juan Pedro Esnaola (1808-1878)
A partir de la creación musical de Blas Parera, se incorporaron a la canción patria muchos arreglos, algunos de ellos producidos por su propio autor. Pero el más conocido fue el arreglo que realizó el maestro Juan Pedro Esnaola, basándose en antiguos manuscritos de Parera y recuerdos que tenía de la música del Himno oída en su juventud. Esnaola hizo arreglos de armonía e introdujo algunos adornos musicales. En 1944, un decreto del Poder Ejecutivo estableció: “[...] Adóptase como único oficial el texto de la versión musical del Himno Nacional Argentino hecha por el maestro Juan P. Esnaola, y editado en 1860 [...]”. Esta versión de la partitura se encuentra guardada en el Museo Histórico Nacional, en la ciudad de Buenos Aires, integrando el álbum de música de una de sus discípulas, Manuelita Rosas.
 
Hay diferentes versiones respecto de cuándo la Marcha Patriótica fue interpretada por primera vez. Algunos autores plantean que fue leída por primera vez por el poeta Esteban de Luca en una tertulia organizada por Mariquita Sánchez de Thompson. Según otros autores, en esa reunión de gala en casa de Mariquita, todos los asistentes habrían cantado los poemas de López y Planes. Otras fuentes comentan que fue esta dama quien interpretó las primeras estrofas del Himno Nacional Argentino, el 14 de mayo de 1813. Esta última es la versión que quedó instalada como oficial. Para otros estudiosos, el debut de la obra se llevó a cabo el 25 de mayo de 1813 en la Plaza de la Victoria, al pie de la Pirámide de Mayo y fue cantada por los estudiantes de la escuelita del maestro Rufino Sánchez y, ese mismo día por la noche la entonaron los espectadores reunidos en el Coliseo Provisional.



Análisis Literario

Marcha Patriótica – Himno Nacional Argentino
Letra: Vicente López y Planes
Música: Blas Parera

 

Oid ¡mortales! el grito sagrado:
¡Libertad, Libertad, Libertad!
Oid el ruido de rotas cadenas:
Ved en trono a la noble Igualdad.

Se levanta la faz de la tierra
Una nueva y gloriosa Nación:
Coronada su sien de laureles
Y a sus plantas rendido un León


Sean eternos los laureles
Que supimos conseguir.

Coronados de gloria vivamos
O juremos con gloria morir.


De los nuevos campeones los rostros
Marte mismo parece animar;
la grandeza se anida en sus pechos,
A su marcha todo hace temblar.


Se conmueven del Inca las tumbas
Y en sus huesos revive el ardor,
Lo que ve renovando a sus hijos
De la Patria el antiguo esplendor.


Sean eternos los laureles
Que supimos conseguir.


Coronados de gloria vivamos
O juremos con gloria morir.


Pero sierras y muros se sienten
Retumbar con horrible fragor:
Todo el País se conturba por gritos
De venganza, de guerra y furor
.

En los fieros tiranos la envidia
Escupió su pestífera hiel,
Su estandarte sangriento levantan
Provocando a la lid más cruel.


Sean eternos los laureles
Que supimos conseguir.


Coronados de gloria vivamos
O juremos con gloria morir.


¡No lo véis sobre Méjico y Quito
Arrojarse con saña tenaz,
Y cuál lloran bañados en sangre
Potosí, Cochabamba y la Paz!
¡No lo véis sobre el triste Caracas
Luto y llantos y muerte esparcir!
¡No lo véis devorando cual fieras
Todo pueblo que logran rendir!


Sean eternos los laureles
Que supimos conseguir.


Coronados de gloria vivamos
O juremos con gloria morir
.

A vosotros se atreve ¡Argentinos!
El orgullo del vil invasor,
Vuestros campos ya pisa contando
Tantas glorias hollar vencedor.

 

Mas los bravos que unidos juraron
Su feliz libertad sostener,
A esos tigres sedientos de sangre
Fuertes pechos sabrán oponer.


Sean eternos los laureles
Que supimos conseguir.

Coronados de gloria vivamos
O juremos con gloria morir.


El valiente argentino a las armas
Corre ardiendo con brío y valor,
El clarín de la guerra cual trueno
En los campos del Sud resonó,
Buenos Aires se pone a la frente
De los pueblos de la ínclita Unión,
Y con brazos robustos desgarran
Al ibérico altivo León.


Sean eternos los laureles
Que supimos conseguir.

Coronados de gloria vivamos
O juremos con gloria morir.
San José, San Lorenzo, Suipacha,
Ambas Piedras, Salta y Tucumán,
La Colonia y las mismas murallas
Del tirano en la Banda Oriental;
Son letreros eternos que dicen:
Aquí el brazo argentino triunfó
Aquí el fiero opresor de la Patria
Su cerviz orgullosa dobló.

Sean eternos los laureles que supimos conseguir.


Coronados de gloria vivamos
O juremos con gloria morir.

La victoria al guerrero argentino
Con sus alas brillantes cubrió
Y azorado a su vista el tirano,
Con infamia a la fuga se dió;
Sus banderas, sus armas se rinden
Por trofeos a la Libertad,
Y sobre alas de gloria alza el pueblo
Trono digno a su gran majestad.

Sean eternos los laureles
Que supimos conseguir.

Coronados de gloria vivamos
O juremos con gloria morir.


Desde un polo hasta el otro resuena
De la fama el sonoro clarín,
Y de América el nombre enseñando,
Les repite: ¡Mortales! Oid:

¡Ya su trono dignísimo abrieron
Las provincias unidas del Sud!
Y los libres del mundo responden:
¡Al Gran Pueblo Argentino Salud!

 

Nota: los versos destacados en negrita cursiva, constituyen –con otro orden y con la repetición de algunos de ellos-  la versión del Himno  Nacional Argentino que se canta actualmente.
 
“Marcha Patriótica” -luego llamada “Himno, versión completa”- es el título del poema de Vicente López y Planes, cuyo texto musicalizado por el maestro catalán Blas Parera, fue adoptado como Himno Nacional Argentino por la Soberana Asamblea del Año XIII, cuya resolución decía: “[...] téngase por única marcha nacional, debiendo por lo mismo, ser la que se cante en todos los actos públicos […]”. 11 de mayo de 1813 en la que se adoptó esta decisión, se tomó como la fecha en la que actualmente se conmemora el Día del Himno.
 
Si analizamos la Marcha Patriótica advertimos un cierto argumento: surge una nueva nación a partir de la conquista de su libertad, luego de luchar contra la tiranía y la opresión; de esta manera América vuelve a encontrarse con la tradición indígena, parte de su historia; no obstante los españoles entablan larga guerra para mantener su poder, son derrotados por los patriotas; finalmente, todos los pueblos libres del mundo, saludan regocijados a la nueva patria americana.
 
De acuerdo con su contenido-, la obra puede organizarse en tres partes: La invocación que anuncia el nacimiento de una nueva nación (1ª estrofa); la alusión a luchas, enfrentamientos y batallas que posibilitaron la conquista de la libertad (2ª a 8ª estrofa); y la salutación de los pueblos libres que celebran la presencia de una nueva nación soberana (última estrofa). El coro que se repite después de cada estrofa, constituye el estribillo.

El género de la obra es lírico, su contenido se vincula a la poesía cívica y patriótica.
Los temas principales que se abordan en la canción patria son la emancipación de un pueblo y el restablecimiento de su dignidad; la exaltación del valor y la grandeza de los argentinos. Como asuntos secundarios, pueden captarse las oposiciones libertad frente a tiranía, igualdad frente a desigualdad, heroísmo frente al cruel ensañamiento, victoria frente a la derrota, fraternidad frente al invasor.

 

El personaje central es el pueblo argentino presentado como heroico y valeroso; otros personajes a los que refiere la letra son los soldados del ejército español, quienes -como enemigos- encarnan atributos negativos, sin ninguna objetividad.

 

Cuadro de texto:  
Fuente: Vega, Carlos: El Himno Nacional Argentino, Buenos Aires, Eudeba, 1962, p. 47. 
No hay alusión a sectores sociales, sino que se menciona a todo el pueblo argentino como integrante de un grupo más amplio: el pueblo americano. De allí que el poema aluda a diversos lugares de América: México, Quito, Potosí, Cochabamba, La Paz, Caracas, Buenos Aires, expresando la unión americana en la causa emancipadora. También refiere el texto a batallas libradas por los patriotas: San José, San Lorenzo, Suipacha, Las Piedras, Salta, Tucumán.
 
Aunque la temática rescata la independencia americana, el estilo de la composición respeta los cánones del neoclasicismo: alusiones a figuras mitológicas, invocaciones solemnes y majestuosas como la que abre el poema en modo imperativo: "oíd", "ved", sin dudas para lograr comunicar fuerza en la lucha. Está escrito en lengua culta, llena de expresiones y frases retóricas, de acuerdo con el gusto neoclásico de la época, de léxico rebuscado ("ibérico altivo león", "cerviz orgullosa", por ejemplo).
 
La grafía original de las palabras -que ha sido modificada en la versión completa que transcribimos- corresponde a la lengua escrita rioplatense de la época: "quál", "imbasor", "yá", "majestad", entre otras.
 
Predominan, por un lado el tono beligerante y combativo, pintando al usurpador mediante tintes exageradamente siniestros: "tigres sedientos de sangre", "vil invasor", "fiero opresor"; por otro, un tono de gloria, triunfal, puesto en la imagen de los patriotas "campeones", "valientes", "bravos". El autor utiliza el nosotros para expresar el espíritu fraternal  y libertario común a todo el pueblo argentino e incluso el americano.

 

Según estudiosos como el crítico español Menéndez y Pelayo,  Vicente López y Planes se habría inspirado en el “Canto Guerrero para los asturianos”, del escritor neoclásico español Gaspar Melchor Jovellanos, influencia que –según este autor- puede advertirse en el ritmo del poema; no así en sus temas y conceptos.
 




El musicólogo argentino Carlos Vega afirma que más cercano es el influjo de la Marsellesa, tanto en la estructura como en el contenido de los versos. Veamos:


Marsellesa (Himno de Francia)
Himno Nacional Argentino
“Liberté, liberté cherie” (Libertad, libertad querida)
Libertad, libertad, libertad
“l´etandard sanglant est levé”  (el estandarte sangriento se ha levantado)
”su estandarte sangriento levanta”
“Tous ces tigres qui, sans pitié” (todos esos tigres que sin piedad)
“esos tigres sedientos de sangre”
Fuente : Vega, Carlos: El Himno Nacional Argentino, Buenos Aires, Eudeba, 1962, p. 44-45

 

Este tipo de similitudes, se hallan a lo largo de todo el poema, principalmente en algunos conceptos como que “los días de gloria han llegado”; la lucha “contra la tiranía”; la caracterización como “feroces soldados”, están en ambos himnos.

Sin embargo, y a pesar de algunas influencias de la Marsellesa que se le señalan, el Himno Nacional Argentino tiene un claro y contundente contenido local, expresado en muchos de sus versos:

“A vosotros se atreve Argentinos […”],
“El valiente argentino a las armas […]”,
“La victoria al guerrero argentino […]”

Incluso se hace hincapié en la pertenencia a la patria grande americana:

“[…] Buenos Aires se pone a la frente, de los pueblos de la ínclita Unión […]”,
“Se conmueven del Inca las tumbas […]”
Y de América el nombre enseñando /Les repite: ¡Mortales! Oid:/¡Ya su trono dignísimo abrieron/Las provincias unidas del Sud!”.

La importancia del Himno Nacional -símbolo patrio que ocupa un espacio de privilegio en los rituales cívicos- es la de posibilitar que, cada vez que se lo entona, la memoria histórica de la comunidad se haga presente en el imaginario colectivo.

El 30 de marzo de 1900, un decreto que llevaba la firma del presidente de la Nación, Julio Argentino Roca y de los ministros Felipe Yofre, Luis María Campos, José María Rosa, Martín Rivadavia, Martín García Merou y Emilio Civit dispuso:

"Que, sin producir alteraciones en el texto del Himno Nacional, hay en él estrofas que responden perfectamente al concepto que universalmente tienen las naciones respecto de sus himnos en tiempo de paz y que armonizan con la tranquilidad y la dignidad de millares de españoles que comparten nuestra existencia, las que pueden y deben preferirse para ser cantadas en las festividades oficiales, por cuanto respetan las tradiciones y la ley sin ofensa de nadie, el presidente de la República, en acuerdo de ministros decreta:
Artículo 1°. En las fiestas oficiales o públicas, así como en los colegios y escuelas del Estado, sólo se cantarán la primera y la última cuarteta y coro de la canción nacional sancionada por la Asamblea General el 11 de marzo de 1813".

Desde entonces, sólo se canta una selección de la marcha completa sancionada por la Asamblea del Año XIII. Veamos como quedó conformado el Himno Nacional:

*HIMNO NACIONAL ARGENTINO

Oíd mortales el grito sagrado
Libertad, Libertad, Libertad,
oíd el ruido de rotas cadenas
ved en trono a la noble igualdad.

Ya su trono dignísimo abrieron
las Provincias unidas del Sud,
y los libres del mundo responden
al gran Pueblo Argentino Salud.


Sean eternos los laureles
que supimos conseguir
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir.

 



Bibliografía

Buch, Esteban: O juremos con gloria morir. Historia de una Épica de Estado, Buenos Aires, Sudamericana, 1994.

Cánepa, Luis: Historia de los Símbolos Nacionales Argentinos, Buenos Aires, Albatros, 1953.

Castagnino, Raúl: “La literatura de Mayo”, en: Historia de la literatura argentina, Buenos Aires, CEAL, 1980.

Corvalán Mendilaharsu, Dardo: Los Símbolos Patrios, Bandera-Escudo-Himno Nacional. Buenos Aires, Imprenta de la Universidad, 1944.

Fernández de Yácubsohn, Martha: Literatura española e hispanoamericana. Buenos Aires, Kapelusz, 1979.

Ricardo Rojas: Historia de la literatura argentina. Buenos Aires, Losada, 1917.

Sáenz Quesada, María: Mariquita Sánchez. Buenos Aires, Sudamericana, 1995.

Vega, Carlos: El Himno Nacional Argentino. Buenos Aires, Eudeba, 1962.